La Espinita
¿Y las acusaciones a fiscales?
Mara Lezama turistea en Grecia
Andy S. K. Brown
Junto con la Casología, la Gabinetología es una de las dos principales aportaciones mexicanas a las categorías de la Ciencia Política.
La primera mide en metros cuadrados y de construcción la cantidad de impuestos prediales que coleccionan los políticos mexicanos en la adquisición de casas, terrenos, ranchos, departamentos en México y en el extranjero.
Hasta ahora, la zacatecana Rocío Nahle es quien se lleva el diploma sexenal… aunque ya irán apareciendo casólogos como el veracruzano Castagné que den a conocer las propiedades inmobiliarias de lujo que los morenistas han acumulado en este sexenio de la “honestidad valiente”.
La Gabinetología es cíclicamente puntual. Es el juego que todos jugamos –hasta los medios que se consideran serios a sí mismos– cada seis años en los días y horas previos a que el mandatario entrante, ya sea federal, estatal o municipal, dé a conocer a quienes se encargarán de las carteras o secretarías del Despacho que le acompañaran durante o en parte de su periodo Ejecutivo.
Hoy mismo se barajan nombres de éste, aquellas y estos otros para formar parte del equipo de Claudia Sheinbaum.
El juego es como las encuestas. Se trata de ver quien le atina, no de quien tenga la información privilegiada que asome del equipo de colaboradores de la futura presidente.
Y como en todo juego, corren las apuestas.
¿Quién le atinará? ¿Cuál de todas las listas o quinielas que se han divulgado en WhatsApp será la valedera?
Hoy sabremos parte de la realidad.
Sigue la mata dando. En la mañanera de ayer un juzgador volvió a ser tema. Sin mencionar que haya habido colusión, pero sí dándolo a entender, Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad y Protección Ciudadana, denunció que un juez en Querétaro ordenó ayer por la noche la libertad inmediata de tres miembros del llamado cártel de Santa Rosa de Lima, entre ellos de Luis Antonio Yépez Cervantes, alias “El Monedas”, hijo de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, líder de este grupo criminal.
La denuncia, por supuesto, sirvió para dar sustento al machacón discurso de López Obrador en contra de los integrantes del Poder Judicial a quienes, sin distingo, acusa de corruptos, y por lo cual él quiere reformar al Poder Judicial.
Pero tales denuncias están descontextualizadas. ¿Por qué el juez liberó a los presuntos delincuentes? ¿Quizá porque al momento de su detención no se siguieron los protocolos legales y se llenaron las actas correspondientes? ¿A lo mejor porque los fiscales no sustentaron correctamente sus acusaciones al momento de judicializar?
Es cierto. El problema de la justicia que lleva a la impunidad es gravísimo. Pero no se resolverá sólo eligiendo por voto popular a sus integrantes.
Hay que capacitar a policías y guardias nacionales para que sepan llenar actas.
Y purgar a los fiscales para que sólo funjan en esos cargos quienes están capacitados y tengan cuando menos un poco de honradez.
“Ahí está el detalle”, diría Cantinflas.
¿Dónde está la gobernadora?, preguntaban en Chetumal mientras sufrían las consecuencias de una tormenta que inundó calles y viviendas de la capital quintanarroense.
¿Dónde está la gobernadora?, preguntaban en la zona indígena quintanarroense que también sufrían inundaciones que echaron a perder muebles y aparatos eléctricos.
¿Dónde está la gobernadora?, preguntaban en Cancún ante la falta de preparativos para enfrentar la tormenta que se avecinaba.
La gobernadora Mara Lezama estaba en Grecia, tomándose fotos frente al Partenón.
Luego se va a justificar informando que fue a la península europea a concretar negocios que beneficien a sus gobernados.
Mientras, lo turisteado ¡quién se lo quita!